sábado, 30 de marzo de 2019

Duki ha arrasado, no sólo en Argentina sino a nivel mundial



Duki cree en la fuerza de la energía, y desde luego, de eso tiene a montones. En el último año, el trapero argentino ha arrasado. Este máquina del freestyle, fan del anime y los videojuegos se ha convertido en un imprescindible de la música underground argentina, pero también del panorama trap internacional.

Las canciones de Duki están arrasando en todas las plataformas, y el público fan del trap latino se está volcando mucho con su impresionante estilo. Ejemplo de ello, Rockstar uno de sus vídeos más vistos, con más de 22 millones de visualizaciones. Las canciones de Duki son agresivas, y tienen un ritmo muy interesante.



Todo el talento de Duki radica en su originalidad y la percepción de toda su energía, proveniente de lasbatallas de gallos. ¿Todavía te preguntas qué es lo que te gusta de Duki? Pues evidentemente todo. Desde Te Sentis Sola hasta su último tema No me Llores. La evolución de este artista es innegable, nosotros estaremos atentos, porque sabemos que Duki nos va a dar mucho, a nosotros y al trap.

Duki no vende trap, hace trap. El chico de los tatuajes en la cara y el flequillo es la esencia del trap argentino. Las batallas pasaron a la historia y la historia se escribe con las letras de sus canciones.


miércoles, 27 de marzo de 2019

"Quiero llevar mis shows a otro nivel"

Duki: “Quiero llevar mis shows en vivo a otro nivel”




El Quinto Escalón, nacido en 2012 en los humildes escalones de Doblas y Chaco, en el Parque Rivadavia de Buenos Aires, creció de manera exponencial y tuvo su última edición a fines del año pasado con un megaevento en el estadio Malvinas Argentinas. Pero Duki tenía claro su camino desde mucho antes: aportó lo suyo al torneo, se llevó consigo todo lo que pudo y siguió su camino.

Salté del freestyle a hacer música directamente”, define el propio Duki a Billboard, ya con el mote de “nueva sensación de trap argentino” a cuestas. Y él mismo se encarga de explicar algunas diferencias: “La diferencia clara entre el rap y el trap se da en espacio y tiempo. Se podría decir que ambos vienen del hip hop. El rap es una visión mucho más formada, más exacta y mejor dicha. Es predicar en palabras lo que uno piensa. En cambio, el trap me parece una visión mucho más futurista. Abarca una ideología, una estética, una imagen. Yo soy bastante versátil, porque encerrarte en un cuadrado no te permite crecer”, asegura.
Cuadrado era aquel ring imaginario que servía de arena para las tantas batallas que Duki supo conquistar. Y para él, su participación en ese mundo marcó un quiebre. “Si buscás mis batallas, vas a ver que no hay ningún insulto. Me meto a rapear porque a mí me gusta rapear. Cuando competía,

trataba de resaltar lo mío y de hacerlo con arte. Mi don era el flow, tenía mucho flow”, recuerda.



Aunque era uno de los mejores en lo suyo, decidió dejar de batallar porque “había una onda muy oscura, muy negativa”. Sin embargo, insiste en que era parte de su plan. “Un año antes de que pasara todo esto, estaba con mi primo y mi mejor amigo, que son los que me hicieron empezar a rapear, y les dije: ‘Este año voy a ganar El Quinto Escalón, se va a hacer viral, voy a sacar un tema y tendrá 300.000 reproducciones’. Al final llegué a un millón”, señala entre risas.
Su primer tema se llama No vendo trap y apareció en la web a fines de 2016. La versión oficial en YouTube ya superó los 12 millones de reproducciones, y por si había alguna duda de sus intenciones, las dejó bien claras en uno de los versos: “Denme otro like que yo quiero subir, / sonar en iTunes y en YouTube-Hot This Week”.




En la actualidad, Duki ya es un jugador más en la industria musical. De hecho, uno de sus últimos temas, She Don't Give a FO, un trap hecho y derecho que cuenta una historia de desamor, ya tiene más de 70 millones de reproducciones en YouTube. Entonces, ¿es un género sin techo?
“Yo conocí el trap en 2013 o 2014, con un tema de A$AP MobHella Hoes –recuerda Duki–. Terminé de escucharlo y dije ‘¿Qué acabo de ver?’. Encima yo estaba empezando a rapear, me quedé impactado. Ese tema es el futuro. En Estados Unidos ya lo vieron. De hecho, los negros vacilaron tanto que ya pasaron el auge de ser la moda. Ya le facturaron todo lo que le tenían que facturar. Ya pusieron el trap de moda, se compraron todas las cadenas, los relojes, la ropa de cuero, y ahora están haciendo música solo porque les gusta”.


Una de las características más destacadas del Duki freestyler era su uso de la voz como instrumento, algo que en el trap es moneda corriente. “El género tiene una visión bastante futurista de la música, porque usa onomatopeyas, remarques y todo tipo de cosas. Cuenta con un armado estructural que la da otra visión, otra profundidad. Igual es raro, porque cada uno tiene su marca y su forma de sonar. Yo uso mucho el Auto-Tune, y para activarlo rompo la voz, para que suene especial. Trabajé bastante en el estudio para tratar de perfeccionar las modulaciones y sonar cada vez mejor”, asegura.

Otra de las ventajas de haber hecho sus primeros pasos en el freestyle es su facilidad para lo espontáneo. “Me meto a grabar en la cabina y por ahí ni siquiera escribo”, explica Duki y asegura: “Yo tengo esa magia del freestyle, me soltás un beat (base) y me tiro adentro del estudio para darle. Eso te da un entrenamiento, un fitness. A los raperos yanquis se les nota demasiado”.





Justamente, en los Estados Unidos están todos sus referentes, y uno de ellos es Travis Scott, que se transformó rápidamente en una de sus máximas inspiraciones. Durante tres meses, casi a modo de entrenamiento, Duki se fue a dormir con un show en vivo de Scott en Frankfurt, un digno ejemplo de lo que él define como “una magia increíble”.  

“Quiero llevar mis shows en vivo a otro nivel, quiero explotar la experiencia. En la política, para llevar a cabo una acción, tenés que ejercer poder. En cambio, el músico tiene 10.000 personas que lo van a ver y se paran a su disposición. Cuando pide que todos levanten las manos, lo hacen. Es reloco eso, es la energía en el momento y el feedback. Te da altura, y de repente dejás de ser un humano simple para ser uno que está controlando a miles de personas que te están mandando energía, y vos se la estás devolviendo. Es algo que va más allá, que supera todos los niveles. Es forjar una actitud, una energía, un temple”, describe Duki.




Con la escena trap argentina todavía en formación, él se permite imaginar un futuro en el exterior. Sueña con llegar a Norteamérica, usar el idioma español y también el inglés, y triunfar con su música mucho más allá de los límites del género.

"Yo quiero ganar el mundial, es una realidad. Y a mí me gusta la música. Ni siquiera me considero rapero, porque para mí el rapero es un guerrero templario con una meditación zen y un temple que no tiene nadie –confiesa Duki–. Me gusta toda la música, soy melómano y no me molestaría de repente estar arriba de un beat de salsa. Cuando todo es tan repetitivo, hay que agarrarlo de atrás y hacerlo de nuevo. La mezcla te da la chispa, la explosión. Eso nuevo, auténtico y orgánico es lo que más me gusta y lo que busco: que se rompan todas las barreras"

canción mas popular

SI TE SENTIS SOLA






  1. La canción mas reproducida en Youtube es la "Si te sentis sola" con tan solo 76,000,000 de visitas.
  2. Esta canción con solo 72 horas de haber sido publicada obtenía mas de 1,000,000 de visitas diariamente. las rimas creadas y la letra al parecer le ha gustado a demasiadas personas, en especial a los jóvenes. El productor es Omar Varela de Mueva Records.
  3. “Si te sentís sola cuando se hace 'e madrugada / Y todo' esos tragos no te sirvieron de na' / Lo' dos bien sabemos que hay ganas acumuladas / Y eso se resuelve sólo con-con”, dice Duki en el clip, filmado por Ballve.



lunes, 25 de marzo de 2019

Duki, Modo Diablo y su carrera como artista


Mauro Ezequiel Lombardo nació el 24 de junio de 1996 en el barrio de Almagro, en una casa de clase media modesta atravesada por el impulso artístico, más allá de que sus padres finalmente optaran por perseguir otros rumbos en lo profesional. Sandra (51), su mamá, es una abogada independiente especializada en derecho laboral y una cantante aficionada que empezó a tomar clases con un profesor recién hace cinco años. Guillermo (51), su papá, siempre quiso ser diseñador gráfico, pero no pudo terminar la carrera: en el medio tuvo que salir a trabajar. (Entre los varios empleos que tuvo, muchas veces simultáneos y en general relacionados a lo administrativo/contable, pasó por una farmacia, un par de bancos y un estacionamiento.) Además, Duki tiene un hermano mayor, Nahuel (27), ingeniero de sonido recibido en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, y una hermana menor, Candela (18), que está terminando el secundario y quiere estudiar Diseño de Indumentaria.

Cuando Sandra y Guillermo se divorciaron en 2011, la familia ya vivía en el PH de Paternal en el que Duki pasó su adolescencia, una planta baja al final de un pasillo de ladrillos larguísimo, a unas cuadras del Estadio Diego Armando Maradona, la cancha de Argentinos Juniors. Duki repitió segundo y cuarto año (cuarto, de hecho, lo repitió dos veces) y, pese a la insistencia de su mamá, nunca terminó la secundaria: era un estudiante tipo Bart Simpson, que disfrutaba de confrontar a sus profesores tanto como de faltar a clases para irse a andar en longboard por Puerto Madero o a fumar marihuana con sus amigos.


A Duki la actuación en los Gardel le costó un poco porque, como casi todos los artistas de trap –esa evolución oscura del rap que en los últimos meses pasó a dominar todos los charts del mundo por artistas como Drake, Bad Bunny y Cardi B– él suele tocar acompañado apenas por un DJ que dispara las pistas sobre las que suelta sus rimas. “Y ese día el sonido de la orquesta era tan inmenso que me comió. Pero subí a cara de perro y ¡pum! Lo hice”, dice, acomodándose su jopo teñido de fucsia. “A mí me gustaDragon Ball desde chico y jodo mucho con el ki, con la energía. Bueno, acá había un montón de vagos que tocan de la hostia liberando ki a lo loco. Fue una locura.”

En el último año, este fan del animé y los videogames se convirtió en una figura ineludible para la industria de la música argentina, principalmente gracias al éxito bestial de sus tracks en plataformas digitales como Spotify y YouTube, y también por su poder de convocatoria. Por ejemplo: el video más reciente de Abel Pintos –una versión de “El adivino” en vivo en la cancha de River– tiene cerca de dos millones y medio de reproducciones, mientras que los cuatro que Duki lanzó este año (“Rockstar”, “Si te sentís sola”, “Quavo” e “Hijo de la noche”) promedian 30 millones cada uno. En Spotify, Lali Espósito tiene un millón de oyentes mensuales; Duki, cuatro millones. En abril, el show de Charly García en el Gran Rex fue sold-out en 10 minutos, y el de Duki, que tocó en el mismo lugar en mayo, bueno, tardó un poco más pero también se agotó. Apenas se supo que no quedaban más entradas, Duki anunció un Luna Park para octubre.

Elijan al artista más popular del género que quieran y es muy probable que a Duki le esté yendo mejor. Su ascenso es tan vertiginoso que tanto la industria como el público están teniendo problemas para interpretar el fenómeno. Sony y Universal lo quisieron fichar, pero Duki literalmente se les rio en la cara: no estuvieron ni cerca de llegar a un acuerdo. “El director de Sony me citó y básicamente me ofreció un contrato para robarme”, dice Duki. “Y a la presidenta de Universal, le dije: ‘Mirá, la voy a hacer corta: yo no soy Lali Espósito, yo no quiero fama. Yo soy un pibe que viene de no tener nada, y quiero ser una leyenda musical, ¿entendés? Yo tengo más hambre que toda la gente que está en este edificio. Me voy a comer el mundo. No quiero un contrato pop, no soy Sebastián Yatra, que lo vas a poner a hacer prensa. Las bolas. Yo voy a hacer mi música y lo único que necesitás es eso’.”

En se sentido, su actuación en los Gardel fue el primer intento medianamente exitoso de la industria por incorporar a Duki al canon de la música argentina, y él irrumpió gritando las frases provocativas de “Rockstar” con la misma actitud arrolladora con la que posa en la tapa de esta edición de Rolling Stone .

Los detractores, por supuesto, no tardaron en aparecer. El video de YouTube de su presentación está lleno de comentarios cargados de bronca que lo acusan de cantar con Auto-Tune, el software que permite corregir los problemas de afinación en la voz, pero también es parte de la estética sonora del trap. Duki no solo no lo oculta, sino que usa el Auto-Tune como un instrumento, y el propio Charly García, en su breve discurso de aceptación del Gardel de Oro esa misma noche, dijo: “Quiero dedicar este premio a Gardel, María Gabriela Epumer, el Flaco Spinetta, el Negro García López, Prince, Cerati… Y hay que prohibir el Auto-Tune. Muchas gracias”.

“Si es por mí, Charly me puede decir que soy un mocho de mierda hijo de mil putas, y va a estar todo bien”, dice Duki, que se enteró de los dichos de García a la mañana siguiente, cuando su hermana compartió una nota de la revista Pronto en el grupo de WhatsApp familiar. “Lo amo. Lo fui a ver a Vélez en 2009, ese día que no paró de llover, y la rompió. Ahora estoy por sacar un tema [‘Ferrari’] en el que digo: ‘Demoliendo hoteles como Charly’. Lo respeto y lo quiero tanto que ni le respondí.”

Duki está tan arriba en este momento que siente que no contestarle a Charly García es hacerle un favor. Y probablemente tenga razón.



Duki rechazó ofertas de los grandes sellos. "Les dije: 'Yo tengo más hambre que todos ustedes. Me voy a comer el mundo."